Como en otros años los niños y niñas de Perseverancia, se encargan del Día del Domund, preparando la ya famosa “Paraeta” en la que se recauda con las ventas, dinero que luego es enviado a Misiones junto con la Colecta.

En los que somos más mayores, queda en nuestra memoria el recuerdo de aquellas huchas que representaban los cinco continentes, y que movilizaba a todo el pueblo, para poder aportar nuestro granito de arena, a estos hombres y mujeres tan valientes que se ponen al frente de comunidades para transmitir la fe, y anunciar la alegría del Evangelio. De los pobres y su sencillez es el Reino de los Cielos, y ellos nos transmiten la fuerza para emprender también la misión en nuestras tierras.

En más de una ocasión hemos escuchado que no tardarán en venir de aquellas tierras donde nosotros hemos ayudado a transmitirnos la fuerza del Evangelio, vivir en el primer mundo tiene la dificultad que vivimos con demasiadas cosas, y no sabemos valorar todo lo que tenemos, por eso hoy la Iglesia Universal nos pide colaborar con nuestros misioneros y misioneras. ¡Seamos generosos!